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viernes, 7 de diciembre de 2012

Eleanor #3

Ellos creen que soy tal y como me ven, pero soy jodidamente compleja. Y vulnerable. Por eso levanto este muro de contención, como si se me fuese la vida en ello, tratando de evitar que me miren por delante.
Intento retocarme los labios, he salido con Lucía, Ágata y Georgia. "Mis mejores amigas". El verano es jóven, como esta noche y nosotras. Mi vestido deslumbra.Por suerte no he suspendido nada. No, por suerte no, me han aprobado por pena, por la muerte de mi madre.
Estos días, la euforia por el verano se refleja por las noches: todos los jóvenes salimos a evadirnos de la realidad y llenamos las terrazas de la zona antigua de alegría. Esta noche es clara, y Ágata ha invitado a unos amigos a venir con nosotras. Son del otro instituto del pueblo, y no me extrañaría nada encontrarme con una pandilla de niños de papá. Suena el Whatsapp de Ágata, diciéndole que ya están a la vuelta de la esquina. Mis suposiciones son ciertas, pero en el grupo hay alguien que no cuadra: él.

Eleanor #2

"Yo la quise, y a veces ella también me quiso"- Pablo Neruda.

Salgo bruscamente por la puerta de la clase de CMC. Es más, casi me la llevo por delante. Y me da igual. Andar por los pasillos durante el cambio de clase es horrible, y más aún ahora, que hay recreo. Me hago sitio entre unos niños del primer año, mientras que Lucía me pisa los talones. Bajamos las escaleras principales y salimos escopetadas hacia la salida del instituto. Nos sentamos en las escaleras del instituto, mientras fumamos. No sé por qué demonios empecé a fumar.
-Voy a faltar a Lengua- digo.
-Yo no, estoy muy verde- me contesta Lucía.
-Hasta luego.
Voy a comprar otra cajetilla, y al salir por la puerta, me choco con él, y me caen todos los pitillos al suelo mojado por la lluvia primaveral.
-Mierda. Joder.
-Lo siento- me dice.
-No pasa nada- resoplo.
Clavo mis ojos en los suyos y, por un momento, no me parecen reales.
Entramos y vuelvo a comprar tabaco, y él también. Últimamente gasto demasiado dinero en vicio.
-Soy Alex- dice secamente al salir.
-Eleanor-sacudo la cabeza mientras miro hacia abajo.
Caminamos un rato entre las enredadas callejuelas del centro. No hacemos nada ni hablamos. Miro el reloj. Me he saltado Lengua y Alemán.
-Bueno, chao, tengo Latín.
-Adiós, que te vaya bien con las lenguas muertas.
-Cállate, que tu también vas a Latín. Te veo delante de la clase siempre-digo sin importancia.
-Gracias por saberte mi horario-dice antipático.
Bufo, y me doy media vuelta. Maldigo para dentro y vuelvo a clase.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Eleanor #1.




"Todo lo que necesito para hacer una comedia es un parque, un policía y una chica guapa".- Charles Chaplin.

Aún no se ha sacado el olor a enfermedad de la habitación, un olor ácido y penetrante, en el que también se percibe cierto aroma al café que tomó toda la gente que yació al lado de mi madre. También sigue oliendo a cerrado, y al polvo acumulado durante años en todos los huecos de la madera de esta vieja casa de indianos. A pesar de que se murió hace unas horas y que se mandó abrir las ventanas durante ese tiempo, no está dando frutos.
Papá y yo nos hemos quedado solos. Más bien, yo estoy sola desde hace tiempo. La hermana de mamá,  tía Julia, ha venido, y se va a quedar una temporada con nosotros, para ayudar a papá a superar la pérdida. No le hago caso a nadie que se ha acercado a casa a darnos el pésame. Me pinto los labios, cojo el bolso y me voy sin despedirme de nadie. Salgo de casa y comienzo a andar sin rumbo. El pueblo no es gran cosa, pero la zona antigua es preciosa. Sigo el serpenteante paseo fluvial, al menos el rumor del agua me calma, y llego al final, a la playa fluvial del río del pueblo. Siempre está desierta, aunque la belleza del lugar es única. Me siento en la hierba y no hago nada. Saco un cigarrillo, lo enciendo y aspiro el humo. Oh, santa nicotina. 
No lo veo venir, y cuando noto su presencia ya está sentado a mi lado. Le conozco de verlo por los pasillos del instituto. Es alto, con los ojos más azules que el mar, fornido y demasiado apuesto para estar soltero. Él también enciende un cigarrillo y le da una calada bien grande, para después rascarse suavemente su barba naranja de dos días. Por su expresión deduzco que sabe lo de mi madre. Normal, a estas horas todo el pueblo lo sabrá. No quiero que nadie me consuele, sería mostrar mi debilidad, y yo... Yo soy Eleanor Goodrich, no temo a nada.